martes, 4 de agosto de 2009


fuente: Luis/Quillota (cdsanluis.cl)



Una verguenza.


Definitivamente vergonzoso el pobre espectáculo que vino a dar Unión la Calera a Limache. Canarios y cementeros empataron un polémico clásico provincial, donde el antifútbol impuesto por los de Milanese Comisso casi se llevan un premio injustificado.

Aunque para ser honestos, el empate también podría decirse que es un justo castigo a un equipo que no supo ni pudo definir con tranquilidad cuando pudo hacerlo. Es cierto que el paupérrimo arbitraje de Aranda tampoco ayudó mucho (penal de por medio sin cobrar) pero la pelota no quería entrar. Y casi no lo hace.

Los canarios saltaron a la cancha repitiendo la alineación del domingo pasado, con un solo cambio: Pacheco daba su lugar a Córdova, el que a la vez era cubierto por Lovera. Así, los canarios formaron con Palos en el arco; Córdova, Flores, Lovera y Escalona en defensa; Rojas, Sepúlveda y Escudero al medio; Varas de enganche y Martínez y Pierani en el ataque. Y los primeros minutos fueron de fútbol muy activo. Unión Calera trató de tomar el centro del campo con un activo Pericás. Sin embargo las primeras jugadas de riesgo se vieron en el arco de Godoy, con un remate de Escudero de por medio.

Sin embargo, el fútbol no se trata de merecer. Y en la única jugada colectiva de riesgo de los caleranos en todo el primer tiempo, una pelota rasa por la derecha de la defensa canaria es recibida por Pericás en el círculo del área grande. El robusto creador cede para que un destapado Corrales la agarre "Chanchita" y le pegue de lleno al ángulo al cual Palos no pudo llegar. Golazo y los cementeros, que llegaron con cerca de 250 hinchas celebraban. Después de ello, los 10 minutos más bajos de San Luis, donde el desorden producido por la inesperada desventaja lo desdibujó. Sin embargo Unión Calera carecía de peligro en sus llegadas.

Luego de esto, empezó el show de Comisso, Unión Calera y Aranda. El juez y su guardalíneas anduvieron especialmente erráticos, y los cementeros, desde el minuto 25, comenzaron a tirarse descaradamente al suelo por cualquier cosa. Un clarísimo penal a Martínez fue considerado como simulación por el juez, desatando la ira de la hinchada local. El primer tiempo se fue rápidamente, entre las continuas simulaciones de los caleranos y la falta de claridad en el ataque de los canarios. Aranda casi no dió tiempo de sobra y terminó la primera fracción.

El segundo tiempo mostró a un San Luis que salió con otra disposición. En ello fue clave el cambio de Zaroza por Escudero. El argentino derrochó desborde, talento y profundidad en su juego, cambiando por completo la cara de los amarillos. Además, la expulsión de Medina en los visitantes (debió irse claramente en el primer tiempo) hizo más desesperante la situación para los visitantes, que se aferraban a su escuálida ventaja a como diera lugar. El trámite entonces se hizo a una sola puerta; San Luis atacando con todo, Calera tirándose al suelo y aguantando con todo.

La desesperación cundió largamente en la hinchada canaria, debido a que la pelota sencillamente no quería entrar. El resultado ya era largamente injusto dadas las circunstancias. Y por poco triunfa el antifútbol de Comisso.

Sin embargo, la justicia tarda, pero siempre llega. Luego del enésimo ataque de San Luis, Zaroza desborda por el lado izquierdo del ataque, siendo derribado. Claro penal que nuevamente no es cobrado; sin embargo la pelota queda en plena área chica, Danessi da un tacazo y aparece Pierani para colocar el empate haciendo estallar a todo el estadio de Limache, ante la mirada impávida de la hinchada cementera. Ahí mismo el espectáculo terminó. El juez Aranda se transformó en la torta de la fiesta, expulsando tras un confuso incidente a Quiroz, Estay y Gaete en Calera, además de expulsar a Corrales que estaba aún en la banca. Además, expulsó a Rojas y Varas en San Luis. Estay estuvo apunto de agredir a puños al árbitro, los jugadores canarios no entendían el porqué de las expulsiones y Calera estuvo a punto de perder el partido por secretaría. Luego de esto, en los 5 minutos finales San Luis tuvo 3 clarísimas oportunidades de colocar el 2-1. De estas oportunidades la más clara fue la de Alves Machado, el cual remató arriba cuando podía haber hecho mil cosas más.

Entremedio de un ataque canario, repentinamente el juez terminó el cotejo y expulsó además a Madrid de los rojos, con lo cual el clásico terminó con polémica y con el sabor amargo de poder haber hecho algo más. Por suerte, esta vez el antifútbol propio de Comisso no nos otorgó la que sin duda hubiese sido la derrota más injusta del año.

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